torsdag 1 augusti 2019
Ballad of the Absent Mare - Leonard Cohen
Reza una oración por el vaquero,
su yegua se ha escapado
y él caminará hasta que la encuentre,
su querida, su descarriada.
Pero el río está crecido
y los caminos encharcados
y los puentes se hacen trizas
en el pánico de la pérdida.
Y no hay nada que seguir,
no hay sitio adonde ir,
se ha ido como el verano,
se ha ido como la nieve.
Y los grillos le parten
el corazón con su canto
mientras que el día se desploma
y la noche es totalmente inoportuna.
¿Lo soñó? ¿Fue ella
la que pasó al galope
y pateó los helechos,
abrió una brecha en la hierba
y marcó el barro con
el hierro y el oro
que le clavó en sus pezuñas
cuando él era el señor?
Y aunque va pastando
a un minuto de distancia,
sigue su rastro toda la noche,
sigue su rastro todo el día,
oh, sin detectar su presencia
más que al comparar
sus daños de aquí
con sus castigos de allá.
Luego, en casa, en una rama
del más alto de los árboles,
un pájaro cantor trina
y así, de repente,
ah, el sol es templado
y los suaves vientos cabalgan
sobre los sauces
de la orilla del río.
Oh, el mundo es dulce,
el mundo es extenso
y ella está allí donde
la luz y la oscuridad se dividen.
Y el vapor se deshace de ella,
es enorme y tímida
y pisa en la luna
cuando patea en el cielo.
Y viene hasta su mano
pero no es del todo mansa,
ella anhela perderse,
él anhela lo mismo.
Y se desbocará y se precipitará
por el primer paso abierto
para revolcarse y pastar
en la fresca hierba de la montaña.
O hará una parada
por el altiplano
donde no hay nada por encima
ni nada por debajo.
Y es la hora de la carga,
es la hora del látigo,
¿Cruzará por las llamas?
¿Podrá él disparar sin apuntar?
Así que él se sujeta
a la yegua galopante
y ella se sujeta
al jinete allí.
Y no hay espacio
pero hay izquierda y derecha,
y no hay tiempo
pero hay día y noche.
Y él se inclina sobre su cuello
y le susurra bajito:
"Adonde tú vayas,
iré".
Y se convierten en un solo ser
y campan por la llanura
sin necesidad de látigo,
ah, sin necesidad de riendas.
Ahora el broche de esta unión
¿Quién lo aprieta bien?
¿Quién lo hace pedazos
esa misma noche?
Algunos dicen que el jinete,
otros que la yegua
o que el amor es como el humo,
no tiene arreglo.
Pero mi amor dice:
"Leonard, deja que se vaya
esa vieja silueta
en el inmenso cielo del oeste".
Así que escojo una melodía
y ellas se ponen en marcha al momento
y se han ido como el humo
y se han ido como esta canción.
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