tisdag 1 december 2015
The Mariner's Revenge Song - The Decemberists
Somos dos marineros,
Únicos sobrevivientes de nuestro barco
En este vientre de esta ballena
Sus costillas son las vigas del techo
Sus entrañas nuestro alfombrado
Supongo que tenemos algo de tiempo que matar
Quizás no me recuerdes,
yo era un niño de tres años
y tú, un muchacho de dieciocho
Pero yo te recuerdo
y me referiré a ti
cómo se entretejen nuestras historias
Por aquel tiempo eras
Un charlatán y un simple peón
Que malgastabas todo el dinero
En prostitutas y perros de pelea
Tenías un aire encantador
barato y afable
que mi enviudada madre encontró tan dulce
Y entonces ella te recogió
Las sábanas aún conservaban el calor de mi padre,
Ahora están llenas de suciedad y asquerosa enfermedad
Al transcurrir el tiempo demostraste ser
Un borracho sepultado en deudas
Dejando a mi madre,
Desgraciada pobre y tísica
Y luego desapareciste,
Tus deudas de juego
Fue lo único que dejaste atrás,
Entonces el magistrado
Reclamó nuestra pequeña propiedad
Y mi pobre madre se volvió loca
Entonces, un día en primavera
Mi querida y dulce madre falleció,
pero antes de que lo hiciera
Tomé su mano mientras agonizante, me decía
Encuéntralo, átalo
Átalo a un poste y rómpele
Sus dedos a astillas
Arrástralo a un hoyo hasta que
Despierte desnudo
Rasguñando el techo
De su tumba
Me tomó quince años
En tragar todas mis lágrimas,
Entre los rufianes callejeros,
Hasta que un monasterio
Me tuvo compasión y me contrató
Para mantener su sacristía agradable y aseada
Pero ni una sola vez en mi empleo,
Entre estos hombres santos,
En ningún momento aparté mi mente
La idea de mi venganza
Una noche oí por casualidad
Un previo intercambio de palabras
Con un penitente ballenero de los mares
El capitán de su barco,
Que era igual que tú de pies a cabeza,
Era conocido por su crueldad insensible
Al día siguiente me hice a la mar
Con un corsario
Y en el silbido del viento
Casi podía oír
Encuéntralo, átalo
Átalo a un poste y rómpele
Sus dedos a astillas
Arrástralo a un hoyo hasta que
Despierte desnudo
Rasguñando el techo
De su tumba
Hay algo que debo decirte
Mientras navegas por los mares
Tu madre siempre velará de ti
Mientras vengas esta perversa afrenta
Y entonces, esa profética noche
Te tuvimos en nuestra vista
Después de veinte meses en el mar
A través de su flanco, a estribor
Yo estaba limpiando mis mosquetes
Cuando sonó ese retumbar desde abajo
El océano se sacudió,
El cielo ennegreció y el capitán se acobardó
Ante nosotros surgieron
Las mandíbulas enfadadas de
Una ballena gigantesca
No sé cómo sobreviví,
Toda la tripulación fue masticada viva,
Debo haberme deslizado entre sus dientes
Pero qué providencia,
Qué divina inteligencia!
Determinara que sobrevivieras conmigo!
Le da a mi corazón una inmensa alegría
El ver tus ojos llenarse de temor
Inclínate hacia mí y susurraré
Las últimas palabras que escucharas
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